¡Descubre 35 libros que cambiarán tu vida!

Episodio 017

Por qué saboteamos nuestro éxito

En este episodio, comprenderás cómo es que nosotros mismos saboteamos nuestras metas, de dónde vienen esas ideas negativas que nos frenan y la importancia de redefinir nuestra relación con el éxito.

Escucha en:

O en tu aplicación de podcasts favorita


Transcripción

Juan, ¿qué pasó? ¿No viniste ayer a la capacitación?

No, no, no pude, no sabes, es que, fíjate que, este, pues, lo que pasa es que mis hijos estuvieron, y, pues, tenía que ir a verlos porque tenía partido de fut, mijo.

Ah, ok, está bien, pero para la próxima aquí voy a estar.

Ok, muy bien, super.

Oye, Juan, ¿ayer no te vi en la junta?

No, Jorge, lo que pasa es que se rompió un vidrio en mi casa, y, pues, yo iba a salir, pero se rompió y, pues, me tuve que quedar, tuve que ir a buscar un vidriero y esperarme a que llegara y esperarme a que lo cambiara porque, pues, uno no puede vivir con un vidrio roto, ¿verdad?

Ah, ok, está bien, Juan, muy bien.

No, pero para la otra ahora sí.

Ok, está bien, super.

Oye, Juan, ¿qué pasó? Tampoco te vi ayer en el entrenamiento.

No, lo que pasa es que, ¿te suena familiar?

Esa historia no te puedo, no puedes imaginarte cuántas veces en mi vida la he escuchado.

Personas que dicen que quieren tener éxito, que dicen que tienen sueños, que dicen que tienen metas, pero a la hora de las cosas no hacen lo que saben que tienen que hacer. A la hora de la verdad se distraen, se distraen con otras cosas.

¿Por qué pasa esto? ¿Por qué nos saboteamos nosotros mismos? Yo creo que hay varias cosas que es muy importante que tomemos en cuenta.

La primera es tomar a nuestros hijos, a nuestra familia, no como un pretexto para no hacer las cosas, sino como un motivo para hacerlas, como un motivo para poderles dar lo que nosotros no tuvimos, para hacer una inspiración para ellos, para mostrarles que sí se puede.

No los usemos como un pretexto, usémoslos como un motor, como algo que nos empuje a hacer las cosas sin importar qué tan duro tengamos que trabajar.

Otra razón por la que nos saboteamos es porque por un lado queremos tener éxito, pero por otro lado nos da miedo tener éxito.

Y este miedo al éxito es un miedo muy común, porque por un lado, por la programación negativa acerca del dinero que nos da nuestro entorno, el mundo, los medios, etc.

Si tú ves la película de Titanic, ¿quién es el malo? El malo es el rico. ¿Quién es el bueno? El bueno es el pobre.

Y eso se repite en infinidad de películas, en infinidad de series de televisión, en infinidad de telenovelas, en infinidad de...

Siempre los medios, llámesele ficción, llámesele noticias, etc., buscan demonizar al que tiene y santificar al que no tiene, sin entender que no es malo tener dinero, y el dinero no es malo.

Sin entender que el dinero es una herramienta. El dinero no es bueno, no es malo, simplemente es una herramienta. Es una herramienta que te permite hacer más.

Te permite hacer más por los demás, te permite hacer más por tu comunidad, por el mundo, te permite hacer más, vivir más experiencias.

Y la falta de dinero no quiere decir que una persona sea más buena, simplemente quiere decir que ha aportado menos valor al mercado.

Entonces, tenemos que olvidarnos un poquito de esa programación negativa, tenemos que darnos cuenta de esa programación negativa y decir, sabes que esto no está bien, esto no es lo que yo quiero.

Tenemos que reprogramar nuestra mente con todo lo bueno que trae, todo lo bueno que vamos a hacer, todo lo bueno que es tener dinero, hacer dinero.

Y otra de las razones del miedo al éxito es no queremos quedarnos solos, no queremos perder nuestras amistades, perder nuestro entorno.

Todos hemos escuchado que en la cima es solitaria, y cada vez cuando queremos crecer y queremos hacer más, muchas veces las amistades o el entorno, ¡ay, sí tú, cómo crees! ¡ay, cómo! ¿Pero para qué?

Por ejemplo, mi cuñada, mi esposa es rusa, ella nació en la ex Unión Soviética, mi cuñada es creo que ocho o diez años mayor que ella, y no sabes qué curioso es cuando, por ejemplo, cuando llegamos a vivir aquí, a donde estamos ahorita, y mi esposa por FaceTime, por la cámara, le mostraba a mi suegra, le mostraba a su hermana, cómo vivíamos aquí, cómo vivíamos nosotros.

Su propia hermana, los comentarios eran, ¿y para qué quieren eso tan grande? ¿Y para qué quieren vivir en un...? O sea, ¿para qué todos, cada quien tiene un baño? ¿Para qué quiere cada quien un baño? ¿Sí?

Y mi esposa dice, a veces me dan ganas de decirle, sí, ¿cómo puedes tú vivir en ese departamento? Mi cuñada vive en un departamento, creo que es la Unión Soviética, en un departamento de cuarenta metros cuadrados, una cosa así, y tiene tres perros dálmatas adultos. No caben.

Pero piensa que lo que nosotros tenemos es excesivo. ¿Para qué? ¿Por qué? Ay, sí tú, ¿para qué quieres todo eso?

Cada vez que hemos comprado un vehículo de lujo nosotros, mi cuñada le dice, orgullosa, a mi esposa, que pues, ay, pues mi Toyota, tiene un Toyota muy viejito, funciona muy bien mi camionetita.

Sí. Y en vez de celebrar los logros de su hermana y ser inspirada por ellos, como que trata de minimizarlos, de hacerla sentir que para qué quiere eso, que no importa lo que está logrando.

Y esta es una historia que se repite en muchísimos hogares, con muchísimas personas, a veces la gente que más queremos, la gente más cercana, son los que menos entienden por qué somos de cierta manera, o por qué tenemos ciertas aspiraciones.

Son los que más nos quieren jalar para abajo cuando queremos subir. Y tenemos que darnos cuenta de que con las personas que son así con nosotros, los podemos querer, los podremos querer mucho, pero tenemos que limitar esas asociaciones y buscar asociaciones que nos hagan crecer, buscar asociaciones con personas que esperen más de nosotros, no que nos quieran jalar hacia abajo.

Y yo creo que el último punto de por qué a veces nos da miedo el éxito es porque decimos, ¿y si lo alcanzo y después lo pierdo?

Y entonces desde mucho antes estamos, no queremos alcanzarlo por el miedo a que después lo podamos perder.

Sí. Y te voy a decir una cosa, una clave para poder rebasar ese miedo es darnos cuenta que lo más valioso de poder ganar un millón de dólares no es el millón de dólares, es que nos hemos convertido en una persona que aporta tanto valor al mercado que ha ganado un millón de dólares.

Explico. Cuando tú te das cuenta en que lo importante es es que te vas convirtiendo en una persona cada vez más valiosa para el mercado, más valiosa para el mundo, te das cuenta que aunque lo perdieras todo.

La persona en quien te convertiste nadie te lo puede quitar, y lo puedes volver a hacer.

Entonces yo te diría, olvídate de los pretextos, siéntate y piensa seriamente si te da miedo el éxito cuál es la razón, y date cuenta que realmente no es tan válida, y atrévete a tener, ser, vivir, inspirar, dar más valor al mundo.

Comparte este episodio:

Descarga Gratis Tu Guía "35 Libros Que Cambiarán Tu Vida"

Recibe en tu correo esta valiosa guía. Además, cada semana te enterarás antes que nadie acerca de nuevos episodios, entrenamientos, webinarios y más

¡Mantente Al Día Con Cada Nuevo Episodio!

Suscríbete a nuestro boletín y entérate de nuevos episodios, webinarios, cursos y más.