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Episodio 009

En este episodio, comprenderás cómo manifestar tus metas, combinando tu visión con tus acciones, y modificando tu actitud para lograr el éxito que te propones.

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Hoy vamos a seguir un poquito con el tema de cómo manifestar nuestras metas.

Y quiero hablarte de algunas claves muy básicas que me hayan ayudado enormemente en mi vida y que le han ayudado a muchas personas con las que hemos hablado y con las que hemos compartido esas cosas.

Y una es entender que manifestar tus metas no es sentarte a meditar cinco horas diarias y esperar a que ¡pum! va a aparecer un genio y te va a hacer todos tus sueños radiar.

Que fue algo que curiosamente empezó a pasar muchísimo después de que salió la película The Secret.

La gente empezó a meditar y todos los días visualizaba y visualizaba y visualizaba y se esperaba que las cosas se dieran por arte de magia sin moverse del sillón.

Y sinceramente esa no es la manera correcta de manifestar. La manera correcta de manifestar es que una vez que ya tienes esa meta que te emociona hasta los huesos, esa meta que te obsesiona alcanzar, ahora tenemos que combinar varias cosas.

La primera es la intención.

¿Intención qué quiere decir?

Intención quiere decir no nada más es decir, ¡híjole! ¿Cómo deseo que esto se haga realidad? ¿Cómo deseo que mi negocio crezca al doble? ¿Cómo deseo poder comprar este auto? ¿Cómo deseo poder viajar a África? Yo qué sé, ¿sí?

Intención va más allá de eso.

Intención es decir lo voy a hacer. Lo voy a hacer. Lo voy a alcanzar.

¿Cómo? No sé. No sé, no veo el camino, pero no necesito ver todo el camino.

Necesito ver el primer paso. Y eso es lo que voy a hacer hoy. Lo voy a alcanzar y lo voy a alcanzar.

Lo voy a hacer.

Punto.

Sin dudas.

Sin dudas.

Con una actitud mental de campeón.

Con una actitud mental de ganador.

Con una actitud mental de alguien que alcanza lo que se propone.

Y esto es muy importante porque piensa nada más en algún partido, no sé, de fútbol o de lo que sea, el que sea el deporte que te guste, ¿sí? Y piensa en algún partido que hayas visto en el que uno de los equipos entró seguro que iba a ganar y el otro entró seguro que iba a perder, ¿sí?

No sé, un país que no sea muy bueno en un mundial luchando contra el mejor del mundo, pero desde que salen dicen, híjole, bueno, pues vamos a hacer lo mejor de nuestra parte, ¿sí?

Y si piensas en algo así, te vas a dar cuenta de que cuando salen con actitud de derrota, no hay manera de que ganen, ¿cierto?

No hay manera que se alcance.

Ahora piensa en otro partido.

Un partido igual, dos equipos dispares en cuanto a su capacidad, pero que el que estaba abajo, el que no era el favorito, salió con la intención clara y segura de que lo vamos a ganar.

Te aseguro que ese fue un partido, si no ganaron, al menos fue un partido mucho más interesante porque dieron el 110% de sí.

Y eso es lo que pasa cuando tienes una actitud mental de ganador, cuando dices lo voy a lograr sin importar qué y lo puedo lograr.

Meterte en tu cabeza que lo voy a hacer y lo puedo hacer y no va a haber que me pare, ¿sí?

Y esa es una meta muy, muy importante para poder manifestar, para poder alcanzar tus metas.

Y hay otra meta también muy importante, que es a lo largo de ese camino de lo voy a alcanzar sin importar qué, mientras buscas caminos, opciones, estrategias, etcétera, muchas veces es un reflejo el cuando viene una idea nueva o cuando alguien nos dice una idea, decir, ay no, ¿cómo crees?

O se nos ocurre algo y nosotros mismos decimos, ay, eso no se puede hacer, ¿sí?

Y juzgamos las ideas antes de evaluarlas realmente.

Y muchas veces podrían habernos llegado grandes ideas, de verdad, grandes ideas, pero si las juzgamos de primera intención, no nos damos a nosotros mismos la oportunidad de nos cuenta de que, guau, ¿y qué tal si sí?

¿Y qué tal si lo pruebo? ¿Y qué tal si lo pongo en acción y veo qué tal funciona?

Y a lo mejor esa era la clave.

A lo mejor todo lo demás que venías haciendo, pues estaba bien, y eran acciones adecuadas y lo que sea, pero te faltaba algo.

Y esa idea iba a ser la clave que abriera el candado del éxito, que abriera el candado de la prosperidad, que abriera el candado del cofre del tesoro.

Entonces, yo te invito a que cuando te venga una idea, no la descuentes de entrada, sin importar de dónde venga, sin importar si la pensaste tú o si la pensó alguien y dice, ¡ay, este qué sabe!

Tómate el tiempo para evaluarlas con mentalidad de principiante.

Tómate el tiempo para evaluarlas sin el peso, sin el lastre de las experiencias pasadas.

Porque si haces eso, te aseguro, te aseguro que vas a avanzar muchísimo más hacia tus metas.

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